Era un parche ¿verdad?

Nunca antes en mi vida un parche había dado tanto juego.
Nunca antes antes un parche había sido el centro de atención de tantas miradas y el objetivo de todas las conversaciones al menos durante una hora.

Creo que en el centro de reunión frikero de fin de semana se enteró de lo del parche hasta el tío que estaba debajo del extintor al otro lado de la sala , que estaba por lo menos a 15 metros.

Y es que, amigo Julián, que te gusta meter caña, que te gusta pinchar a la gente y picarla, que te gusta el mamoneo de buen rollo, que te gustan las cervezas, que te gustan las mujeres. Estoy empezando a descubrirte.
Y a ti, querida Cristina, que te gusta que te den caña entre amigos, que buen aguante tienes, que buena correa para seguir la corriente y mantener siempre la sonrisa, que arte y que salero para salir airosa de situaciones de descojone comunitario.
Y es que eso fue ayer la reunión frikera. Un descojone continuado, aderezado con los habituales chascarrillos de la peña. Porque ayer el personal estuvo sembrado. Que siga la racha.