viernes

Una vez vi una taquilla... pero que taquilla

Acojonado, esa es la palabra. Me he quedado acojonado.

El otro día en los vestuarios me di cuenta de que las taquillas son un mundo aparte. Un mundo intrincado, oculto, oscuro (dentro no se ve ná de ná) que va más allá de las cuatro tablas del armarito y la puerta con el agujerito para el candado. Una taquilla es algo más que eso, forma parte del vestuario. Y si no, veámoslo. Quiten ustedes el jacuzzi, la sauna y el baño turco ¿alguien se daría cuenta? Estoy seguro de que muchos no los echarían de menos. Pero quiten ustedes las taquillas ¿Qué? ¿A que es lo primero que uno busca cuando entra en los vestuarios? Pues, sí. Ahí radica su importancia. Vital para todos los que asistimos al gimnasio. Si no hubiera taquillas el espectáculo sería descacharrante. Oleadas de mochilas, grandes, pequeñas, medianas, de colores, negras, blancas, paseándose a las espaldas del personal y amontonadas en las salas y en los pasillos del gimnasio, guardando las pertenencias de sus dueños.

Pero no es ahí a donde yo quería llegar, no. El otro día mientras charlaba después de la ducha, delante de mí un viejete abrió una de esas taquillas pequeñas (tipo VPO, 30x50x80 sin garaje ni cuarto trastero). Aquello era la leche. El tío tenía “amueblada” la taquilla. Y digo bien, amueblada. No tenía un sofá, no, faltaría más, pero el tío tenía un estante para cada cosa, para el champú, para el acondicionador, para el cepillo, para los botines. Coño, aquello era acojonante. Días más tarde tuve ocasión de ver otra taquilla “amueblada”. En esta ocasión el dueño había optado por unos compartimentos tipo IKEA de colorines chillones y en cada uno de ellos guardaba algo distinto. Los cajones parecían que estaban hechos a medida. Entraban a la perfección, encajados de maravilla. Se quejaba de que tenía poco espacio. Normal, no tenía en posesión una de esas taquillas de lujo donde incluso cabe un chaquetón. Por los cojones. Si alguien encuentra una taquilla así que me lo diga porque mi chaquetón no cabe medianamente bien en ninguna taquilla.

Está clarísimo que estos personajes dedican una parte importante de su tiempo libre a ver “Bricomanía”, a aprender sus trucos, sus artes, sus mañas. Ya los veo en los vestuarios por la mañana temprano, con la caja de herramientas, el taladro con batería, el martillo, los tornillos de cabeza avellanada y las bandejas, con el pañuelo atado a la cabeza, el mono azul de trabajo y la camiseta de mangas cortas. También el bricolaje tiene su hueco entre estas cuatro paredes (aunque sean de madera).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

acoonaito te quedarias si fueses una mañana al vestu y vieses a los jubilatas abrir esas taquillas !! todo un mundo de variedades, vamos q el Leroy Merlin se puso las botas vendiendo contrachapaos, listones y tornillos cuando se pusieron en alquiler las taquillas!!
una mañana, no hace mucho apareció un jubilata, tipo "brico man" (especie numerosa en la cornisa de adosaitos aljarafeños) con una bolsa de plástico, mientras me cambiaba observé, el pollo en cuestion abre la bolsa de plástico, y saca.....un taladro de bateria, con su cajas de brocas variadas, no le faltaba de ná, varios listones, un panel chapao, varias cajas de alcayatitas, tornillos etc etc y una segueta !!, una vez todos los utensilios puestos en el suelo y muy ordenaitos, se pone sus gafitas de brico y como si estuviese en el garaje de su casa un dominguito cualquiera, empieza a medir la taquillita ( q mira q es chica!!), solo le faltaba el lápiz en la oreja, empieza a medir, a marcar, por aqui por allá, .... (el boss no daba crédito a lo q taba viendo!), coge la sierra empieza a cortar listones, la chapa, su taladro..... vamos q al pavo del programa de bricomanía lo dejó en pañales!! y hace el tio una obra de ingenieria total en la taquillita, compartimentos por todos los lados, y rápidito q fué, un fénomeno el tio!! estuve a punto de decirle q si se venía a mi casa para hacerme un ropero empotrao q tengo pendiente desde hace cuatro años!!, cuando salí de la ducha y me iba, al pasar a su lado (el boss suele tener esos puntitos) le dije con cierta guasa...oiga y usted...."ha pedío permiso de obras a urbanismo para hacer esto?"
increíble!!!

Unknown dijo...

Las similitudes entre las taquillas y el mundo del ladrillo, como apunta The Boss, son tantas ... que da miedo ... es más difícil alquilar una taquilla en el Sato que comprarse un piso en Nervión.

Hay, como en el ladrillo, quienes comparten taquilla, como en Friends compartían piso en NYC.

Al final, el vestuario es ... como la vida misma !

Anónimo dijo...

ea, po los niños tiene ya también pisito de VPO en el gym !!
son sin vistas y necesitan una reformita
son vecinitos y viven debajo del boss, q este si q tiene un buen adosado con ático y vistas!!!

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