domingo

Y todo sigue igual... O casi todo

Y otra semana que se pasa. Y todo sigue igual. O casi todo.

En la sala sigue sonando ese equipo de pandereta procedente de la tienda de los horrores cuya renovación está pendiente desde nació la infanta Leonor, las bicicletas siguen estando en un estado lamentable y cualquier día tendremos que dar cuenta de alguna desgracia, la hora friki sigue contando con sus más acérrimos seguidores todos en primera fila marcando y tirando del resto de la clase, se mantiene la cervecita víspera de fin de semana y encuentro de todos aquellos miembros frikis que se precien. Las niñas de la recepción siguen siendo las mismas, dan las mismas contestaciones y casi nunca te dan los buenos días, se dedican a darle a la sin hueso entre ellas (que nadie saque conclusiones erróneas de esta última frase). El aparcamiento para las bicicletas del garaje sigue siendo infame. ¿Cuántas caben? ¿Cinco? ¿Seis? ¿Siete? Está claro que los “amos” del gimnasio lo que quieren es que haya pocas bicis y muchos coches que son los que dejan los cuartos, la guita, el parné, el taco, los billetes.

Sin embargo hay cosas nuevas. Hay más gente que se apunta en estas fechas al gimnasio. Esa conciencia mala que les recrimina el haberse puesto ciegos de gambas, queso y jamón. Y ahora toca penitencia. Penitencia corriendo, dando pedales, sudando, levantando hierro, jugando al pádel. Hay que bajar esos kilitos malditos que adornan esas cinturas, que no permiten abrocharse el cinturón como antes, que no te dejan calarte los pantalones como antes. ¡¡Ay, ay, malditas navidades!! Pero para eso está el gimnasio. Todos los días una hora, como mínimo, bicicleta 20 minutos y luego a correr en la cinta otros 15 minutos y luego a la sala de pesas otros 40 minutos. Y esto ¿hasta cuando? Pues hasta que se acabe el mes de enero y la conciencia se haya adormecido o hayamos sido capaces de engañarla. ¿Disciplina? ¿Para qué? Nos engañamos viniendo durante 15 o 20 días. Hacemos que la cuesta de enero sea una rampa del 20%, pagando una matrícula y una mensualidad que sale por un huevo y parte del otro, pero así conseguimos descargar nuestras conciencias. Prácticamente la sensación es la de adelgazar cuando pagamos por apuntarnos. Ya está. Objetivo cumplido. Fuera esos kilos que sobran. ¡¡Por los cojones!!

Se ve a la gente con sus atuendos nuevos, zapatillas relucientes, chándales impecables, mp3, mp4, i-pods, algún que otro carca con sus auriculares y su reproductor de CDs, pulsómetros (muchos de los que los llevan no saben siquiera lo que miden y para que sirven pero…), todo ello regalo de los Reyes Magos. Es todo un espectáculo de luz y de color. Bueno, de luz no, pero sí de color. Un espectáculo fugaz, un espectáculo que dura apenas una o dos semanas, el tiempo suficiente para anestesiar a esa mala conciencia. El tiempo suficiente para que muchos de los que deambulan por el gimnasio se den cuenta de que ese no es su sitio, de que allí no pintan nada y de que si en navidades han ganado algunos kilitos pues alguna razón habrá para ello. Razón divina o terrenal ellos prefieren sufrir poco y disfrutar mucho. El tiempo les pasará factura y el arrepentimiento tardío no les valdrá de nada. Eso sí, escucharán como sus conciencias ríen a mandíbula batiente, descojonándose de ellos y recordándoles todos los días lo que en su momento debieron haber hecho y no hicieron.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Y además que es verdad. Yo tengo un vecino que todos los años hace lo mismo. Se apunta en enero y en febrero ya está hasta el gorro del gimnasio. Pero él dice que es anestésico, que le hace sentir mejor. Que le vamos a hacer.

Unknown dijo...

Bueno, dice la filosofía del Yin - Yang que todo lo bueno tiene algo malo y viceversa.

En este caso, vamos a tener un mes de Enero jodido, por las colas, la gente, imposibilidad de coger máquina, etc, pero, lo bueno es, que en ebay vamos a poder comprar a bajo precio todas las mariconadas que estos "globeros" se han comprado en navidades.

Pulsómetros casi nuevos a mitad de precio, iPods, iPod-runners, fundas, iPod-arms, etc ...

Se abre la veda !!!

Anónimo dijo...

Los temporeros me ponen de mala leche!!!! que se vayan a darle al turrón, al mantecao y a la pringá!!!!Ocupan todas las cintas y elípticas y las dejan asquerosas!!!! No veas los tutes de limpiar que se da ahora la rubia canija del marido con cara lelo...

Anónimo dijo...

Hoy es q estáis sembraos !! jajaja
D. Jorge..... lo tuyo es..... la redacción coones !! deja ya los hornos esos crematorios, hierros, y demás maquinitas q inventais los ingenieros para hacernos la vida posible !! tu......... a escribir en la casa del Lara !!
Po si !! como se canta ultimamente muxo en el campo der Beti, OTRO AÑO IGUÁ OOOTROOOOO AÑO IGUÁAAAAAAAA..... !!
mismo equipo tinajero musical, mismas bicis cojas,.......... eso si a mis niños frikis q no me los toque nadie !!
por razones obvias no me voy a explayar mas......q er nene sigue subido en la tarimita al menos una temporadita más !!

Anónimo dijo...

jajaja muy bueno lo tuyo machine !! vos que os pegais en la eliptica mas tiempo que yo pedaleando, teneis una visión muy particular, ahora con las nuevas "figuras" que llegan, zampabollos enteraos, zampa...ollas q quieren una cinturita de avispa !!......... y esa rubia limpiando máquinas !! con su scotch brite!! jajaja,

pd: el lelo debe tener algo especiá !! porq vaya parejita !!

Anónimo dijo...

Es verdad eso que la gente va de estreno. El otro día vi como cinco o seis i-pods de colores fosforitos. Los pulsómetros los regalan en el Charco de la Pava. Y los chandales de pelitos vuelven a estar de moda. ¡Olé, como me gusta el sentido del ridículo de la gente! Pero esto durará poco. Aunque la feria está ahí al lado y, entonces, otra vez a empezar. Que hay que montarse en el caballo y el pobre animal no está pá aguantar 10 arrobas en el lomo (son 115 kilos más o menos).

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