La clase del viernes noche podría clasificarse como la clase más perrillera que hasta el momento he vivido en el Sato. Y no por que el monitor fuera un tiesto (esto no va por ti, Boss) porque no lo era, ni porque el equipo de “super alta mega archi” fidelidad fallara (que no falló) sino porque el micro que se utiliza para que el resto de la clase escuche al que dirige decidió tomarse también unos días de fiestas navideñas, que también toca.
La diosa Fortuna llamó a nuestra puerta y permitió que el micro funcionase durante los últimos 25 minutos de clase. No fue tan benévola en la clase anterior, la de Pedro, y a él si lo obligó a desgañitarse durante los 45 minutos.
Por cierto, el jueves en la hora friki tuve ocasión de descubrir que la verdadera “Patapalo” no es la que nosotros creemos (un saludo cariñoso para ella desde aquí, a ver si se anima a participar). La auténtica “Patapalo” se sentó en la primera fila, frente a Antonio, y al lado mío. Y además, sudó poquito, muy poquito. Esa palanquita maldita no la tocó ni por casualidad.
3 comentarios:
que me descojonoooooooo !!
y esto es el "mejón" centro deportivo de Sevilla?
pa partirseeeeeeee colega !!
the boss metido a cabrero !!!
que no haya un puto micro de repuesto en el peazo de centro es pa meter en la cárcel al dueño del chiringuito...bien por estafar a los socios, o por gilipollas !!
y gracias q el boss sabe silbar, porque el no se va a dejar las cuerdas vocales por la cara, creo q the boss dió la clase porque estaban los patanegras en la primera fila que si no sabed que hubiese suspendido la clase y que el personal reclamara al maestro armero, que es lo que debería haber hecho
que nivelazo de gim, solo han tardado cuatro dias en arreglarlo, emocionante, ya había una porra para ver cuantos dias o semanas se tardaba en poner uno nuevo!
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