Las apariencias engañan

Lo confieso. Cada vez me sorprendo más y más con la gente, con los compañeros que asisten a clases de spinning en el gimnasio. Se dice que las primeras impresiones son las que mayor calado tienen en una persona cuando ésta conoce a otra, pero también es cierto que las apariencias engañan y este caso, eso es totalmente cierto. Alguien se preguntará a que viene toda esta parafernalia, a que viene todo este cuento. Pues la razón es bien simple, tengo que reconocer que el sitio en el que menos esperaba conocer gente enrollada (enrollada de verdad) era en un gimnasio, y no en el gimnasio propiamente dicho, sino en la sala de spinning. En muchas ocasiones he oído decir que un gimnasio es un lugar propio para alternar, para conocer gente, para ligar. Reconozcamos que el gimnasio es un lugar en el que la gente pierde un poquito la vergüenza, deja el pudor en las taquillas y se desinhibe ligeramente.

En los casi dos años que llevo practicando spinning he conocido a muchos personajes y personajillos en la planta 5ª. Entre los personajes tengo que incluir a toda la panda que por ahora conforma el grupo friki más enrollado del Sato (y probablemente de Sevilla capital y provincias aledañas). Este grupo está formado por chicos (querido Antonio, como ves, te incluyo en este grupo y no hago una clasificación aparte contigo, eres joven en espíritu) y chicas (aquí hay sorpresas con mayúscula y ellas saben por qué, chapó por nuestra querida "Tira y empuja" y nuestra nueva incorporación Ana "Pistones").

Todos ellos mantienen esa disciplina que les hace superarse día a día, asistir al gimnasio, a la clase de spinning, a la de tonificación, a la de body pump, a diario, independientemente de los horarios de trabajo (si no puede ser por la mañana se va por la tarde, si no se puede por la tarde se va por la mañana, y si no se puede un día al día siguiente sesión doble). Esa disciplina ha hecho que un ejercicio tan simple en apariencia como el spinning lo hayan convertido en virtuosismo dando pedaladas. Desde este blog animo a cualquiera a que asista a una clase friki, un martes o un miércoles a las 9.30 de la noche (también vale el viernes alas 8.30), y observe con detenimiento a la primera fila de la clase. Allí podrá encontrar todas y cada una de las características que se le pide a un buen "spinner" en la bicicleta. Que no piense el profano que el "spinning" consiste en dar pedales en lo alto de la bicicleta y levantarse y agacharse cuando el monitor lo indica, no señor. El spinning es, ante todo, disciplina, divertimento y un poco de sufrimiento si uno quiere superarse. Basta con ver la concentración y el aislamiento de nuestro Carlos Castilla mientras pedalea absolutamente ajeno al resto de la clase, o el acoplamiento perfecto de Cristina en su bicicleta, posición retrasada con brazos flexionados y mínimo balanceo. Puede observarse el cuasi-pedaleo redondo de Marisol marcando con la pierna izquierda (ella es diestra) o el seguimiento a ritmo de la clase completa de Ana sin perder la pedalada marcando siempre con la misma pierna que Antonio. O al gaditano Julián, siempre de negro, pidiendo a gritos que las clases sean más largas porque para él 45 minutos son miseria, no le satisfacen. Es realmente fantástico ver a la primera fila marcando con la misma pierna y todos a ritmo.

Cuando uno dedica una parte importante de su tiempo de ocio a estos menesteres es lógico ver una cierta evolución y un cierto desarrollo en su forma de hacer las clases, de montar en la bici, de pedalear, etc. También, si uno es un poquito curioso, puede ver el desarrollo y la evolución de los compañeros, y realmente aquí es donde uno encuentra verdaderas sorpresas. Pedaleos pesados y arrítmicos que pasan a ser pedaleos redondos y armoniosos, movimientos bruscos de cintura, caderas, hombros y brazos que se convierten suaves balanceos donde únicamente intervienen las piernas. Ergonomía y economía de movimientos. El Boss diría que un buen pedaleo erguido es aquel que casi te permite pedalear sin sujetar el manillar con las manos. Gracias por los buenos consejos yl sobre todo, por los buenos ratos.