Coge el cubo y tira "parriba"

Preparando los avíos:

Concha: ¿Qué hora tienes, Puri? Ya serán casi las siete y diez ¿no? Pues, hala, coge el mocho que nos vamos “pa” el ascensor. Que no se te olvide el cubo. Que la última vez tuvimos que “bajá” a por él. Y me entra una mala “leshe” de pensar que tengo que “bajá” a por el puñetero cubo “pa” recoger los sudores de esa manta de “embrutecíos”. Que vida más perra. Fregona “parriba”, fregona “pabajo”. Y esto es lo que nos queda. Si es que Dios no reparte como es “debío”.

Puri: No te quejes más, que “tos” los días me cuentas la misma historia. Que si patatín, que si patatán. Que te quejas “musho”. Da las gracias por saber manejar la fregona y que no te falte el trabajo, que la cosa está “delicá”.

Concha: Vaya con la Puri. La próxima vez me pongo a hablar con la fregona, que seguro me dice cosas más bonitas que las que me dices tú. “Pos” nos ha “jodío” la tía. Mira tú.

Ya en la planta de la sala de “spinning”, antes de terminar la clase de las seis y media:

Concha: Te lo juro, Puri, yo no sé como se puede “vení” aquí a “sufrí”, a dejarse el alma en esas bicicletas del demonio. No lo entiendo. Tú míralos. Anda que si fuera yo, iba a “está” ahí “montá”. Por los clavos de Cristo, si eso es una tortura.

Puri: Concha, que tú ya no tienes 20 años, que tú y yo tenemos ya 20 en cada pierna. Que no te imagino yo “montá” en una bicicleta, con un pantaloncito de esos “ajustaos”, ¿cómo se llaman?, eeeh, unos culotes, eso es, y con una camisetita y una cinta en el pelo. Eso es “pa” la gente joven y algún que otro “chalao” de nuestra quinta que quiere recordar tiempos mejores. Y si no, fijate en el que está allí, “pegao” a la puerta de la terraza. Los 50 no se los quita nadie, y ahí está el tío, dale que te pego.

Concha: “Pos” el “mushasho” no lo hace mal. Está sudando como un gorrino “escaldao” pero no lo hace mal. Empeño le pone el tío. Mírale la cara de sufrimiento. Ay, que “doló”.

Puri: Concha, escúchame. Hoy vamos a tener que darle bien al “mocho”. ¿Tú “tas fijao” en la de gente que hay hoy? Una “jartá”, pero una “jartá”. El suelo está hecho un asquito.

Concha: El suelo y lo que no es el suelo. Mira los manillares de las bicicletas. Y la tarima donde se pone el que manda está que da penita ¿Te habrás “traío” la bayeta, no?

Puri: Ya parece que terminan. Mira como hacen los estiramientos. Es que se van a “partí” en dos. Mano “parriba”, mano “pabajo”. Y el cuello “pallá" y "pacá”. Ay, madre mía, ¿pero cómo se puede “poné” la pierna en lo “arto” del manillar? ¿eso “pa” que sirve?

Concha: Anda, deja ya de “criticá” y vamos “paentro”. Que cuanto antes terminemos antes nos vamos. Que todavía nos quedan tres turnos más. Luego me lo cuentas.

Durante la limpieza de la sala entre clase y clase:

Concha: Válgame Dios. Pero ¿quién “sa sentao” aquí? Lo que cayó en Alcalá la semana “pasá” es un chiribiri “comparao” con esto. Te habrás “traío” otro cubo “pa” recoger esto ¿verdad?

Puri: Anda que no eres “exagerá” tú ni “na”. Pasa el mocho de una vez. Que quedan un “puñao” de bicicletas.

Concha: Que “esaboría” estás hoy, chocho. Es que no se te puede “decí” “na de na”.

Puri: (Pensando, sin hablar con Concha) “¿Cuántas bicicletas habrá aquí? ¿60? ¿70? Las limpiamos todos los días por lo menos 4 veces. Eso hace 240 bicicletas. Por cinco días a la semana eso hace…” (En voz alta, hablando con Concha) Conchi, ¿cuánto es 240 por 5?

Concha: Y yo que sé, Puri. Y ten “cuidao”, que eso tiene premio.

Puri: ¿Premio? ¿Qué premio?

Concha: Cinco, te la “hinco”. Y no te digo por donde.

Puri: La madre que te parió. Bueno, ve terminando ya. Que ya hay un montón en la puerta y están esperando “pa” entrar. Lo que me gusta verlos desde aquí. Míralos.

Concha: Pues que esperen. Al primero que entre antes de haber terminado nosotras le “endiño” un fregonazo en la cabeza que se entera. Y el segundo que entre le meto la bayeta en la boca. Que estoy hasta el moño de que entren antes de tiempo. ¿”Pa” que narices están esos cartelitos en las columnas?, ¿De adorno? No, señor. Están “pa” leerlos. Sí, señor, “pa” leerlos. Bueno, chica, recoge los avíos que nos vamos. La próxima a las ocho y cuarto.

Nota: Los nombres incluidos en este artículo son ficticios, elegidos completamente al azar. Cualquier coincidencia es fruto de la casualidad. Desde aquí queremos rendir un pequeño homenaje al servicio de limpieza del gimnasio, que también forma parte de toda esta historia.