Capítulo 2: ¿Spinning? ¿Y eso qué es?

Hacía algunos días, de camino al Sánchez Pizjuán para ver el partido de liga, se encontraron con un amigo común al que hacía mucho tiempo que no veían. En un principio ni siquiera lo reconocieron. Supieron que era el “Fede” cuando le vieron esa inconfundible verruga junto a la oreja.

Chungo: ¡Ostia!, pero si tú eres el Fede, ¿no te acuerdas de nosotros?

Fede: ¿El Lolo? ¿El Chungo? La puta. Es que no me lo puedo creer. ¿Qué pasa, tíos? ¿Qué es de vosotros? ¿A dónde vais?

Chungo: Fede, te hemos reconocido por la verruga, tío, que si no, nanay. ¿Qué te ha pasado? Hace muchos años que no nos vemos pero te vemos distinto, te vemos “cambiao”, te vemos …. de puta madre. Estás delgado y macizo. Si tú pesabas 130 kilos en canal. Eras como un cochino pero con bigote. Ahora ya ni bigote, te lo has “quitao”. ¿Qué has hecho? Porque no creo yo que sea de los trajines con tu mujer.

Fede: Mira, Chungo, llega un momento en la vida en la que uno, o cambia o revienta, y yo no estaba dispuesto reventar. Los 130 kilos que tú has dicho eran pocos, estaba cerca de los 150. Y la verdad, empezaba a sentirme un poquito “pesao”. Así que cogí un día, me fui ahí, al lado de Santa Justa, al gimnasio ese grande que hay, me informé y me apunté.

Chungo: Ole ahí tus santos cojones, como tiene que ser. Pero yo no apunto a un gimnasio ni “jarto” de pipas Kelya.

Fede: Pues perdona que te diga, pero tanto a ti como al Lolo os sobra una “talegá” de kilos. Que es más fácil saltaros que daros la vuelta. Como os decía, me informé y empecé a hacer ejercicio de forma regular. Tres veces por semana. Un poquito de pesas, mis ratitos en la bicicleta estática, mis abdominales. Y luego en casa, nada de atracones, empecé a contener mis ganas de ponerme hasta el culo y “et voilá”, he aquí los resultados. De eso hace ya tres años. Y os aseguro que no me arrepiento de nada. Es, con seguridad, una de las mejores cosas que he hecho en mi vida. Y yo, os animo a que hagáis lo mismo si no queréis acabar “cebaos”, que es el camino que veo habéis tomado.

Chungo: Hombre, no creo yo que la cosa esté tan mal. Yo me veo bien.

Lolo; Chungo, quítate las gafas de sol o límpialas porque no ves un carajo. Estamos los dos hechos unos barriletes y yo creo que al Fede habría que hacerle caso. No nos cuesta “ná” acercarnos al gimnasio y preguntar. Y de paso nos “jartamos de ver pivones. Que seguro hay un montón.

Chungo: Fede, nos vemos tío. Me he “alegrao” un güevo de verte. Cuídate. O mejor, no te cuides tanto que ya das asco.

Fede: Muy bien, colegas. Quien sabe, igual nos vemos en el gimnasio, en las clases de “spinning”.

Lolo: ¿En las clases de qué? ¿Qué ha dicho?

Chungo: Ya nos enteraremos. Tira “palante”. Que el partido va empezar ya. No te entretengas más, hombre.