Ya llega el invierno

Hoy, Sevilla nos ha sorprendido a todos con un tiempo, por fin, propio de la época en la que estamos. Aun así, seguimos esperando que esta primavera adelantada siga durando un poquito más, que siga deleitándonos con su clima suave y agradable. Agradecemos que llueva, por supuesto que sí, pero nadie negará que donde estén esas tardes largas (que se acaban ya) y esas temperaturas que permiten dar largos paseos y tomar cervezas en grata compañía en las terrazas en manguitas cortas, que se quite lo demás.

Todo esto viene a cuento por lo siguiente. ¿Qué pasará cuando nos cambien la hora (este mismo fin de semana toca) y la clase del master comience aún más de noche (que no más tarde) que antes? Sí, ya sé, cuando en la calle es de noche lo mismo da que sean las ocho que sean las nueve pero en la "chorla" de uno, algo te dice que no es así. La sensación de que el día se acaba antes está ahí, justo desde el mismo momento en que en el reloj retrasa esa hora de marras.

La hora friki puede ser terrible. Al hecho de que es tarde hay que unir dos factores más. El primero, el invierno está ahí a la vuelta de la esquina. El segundo, en breve y mal que nos pese, empezará a hacer un frío de cojones a esas horas. Y no quiero imaginarme la entrada en el gimnasio con una mochila del tamaño de una de esas maletas de cuero con correa que aparecen en “Cuentame” para llevar y guardar todos los pertrechos. A eso hay que sumarle el hecho de cuando hace frío uno va vestido que parece que va de excursión a la nieve. Ya se sabe, camiseta interior, camisa de manga larga, jersey de lana, chaquetón grueso, gorro y bufanda de lana y, de remate, unos guantes. Y es que no estamos acostumbrados. Para todo, absolutamente para todo, cometemos excesos y para esto, pues también. Ya se sabe, más vale que sobre que no que falte.

De cualquier manera, la experiencia de los asiduos a esas clases demuestra que las clases siguen siendo igualmente de placenteras y divertidas, como si fuese verano y afuera luciera el sol y las chicharras estuvieran cociéndose a 45 grados. Ellos vienen porque les gusta pedalear y sufrir pedaleando.

¿Qué importa el tiempo? ¿Qué importa que sea de día o de noche? ¿O a ti sí te importa?